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Rinoplastia: lo que tienes que saber antes de retocar tu nariz

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La nariz es una parte esencial de la armonización facial y de la belleza del rostro. Situada en el centro de la cara, nunca pasa inadvertida. Por eso cualquier alteración (una punta caída, aguileña o demasiado ancha, un caballete muy marcado…) puede generar inseguridades, lo que lleva a muchas personas a buscar una solución.

Según la Asociación Española de Cirugía Estética y Plástica (AECEP) «la rinoplastia se sitúa en el top 3 de cirugías estéticas plásticas masculinas, precedida por la ginecomastia y la liposucción. Se realizan 40.000 operaciones con fines estéticos en hombres al año en España. Entre ellas, una de las más importantes es la rinoplastia, intervención destinada a mejorar el aspecto estético y funcional de la nariz».

En busca de la nariz perfecta

Los cánones de belleza han cambiado y como nos explica el doctor José Ángel Lozano Orellana, vocal de ética de la AECEP y experto en rinoplastia, «clásicamente, el hombre con una nariz prominente se asociaba a un aumento de su masculinidad o virilidad. Hoy en día este canon ha cambiado y los varones consultan para modificar sus narices grandes con dorsos acentuados. Se buscan perfiles rectos evitando la punta caída y aguileña. No sólo preocupa la imagen estática, como puede ser una foto de perfil, sino los gestos de la mímica facial, que en ocasiones ensanchan las alas nasales o deprimen la punta nasal al sonreír». El doctor Ramón Calderón, cirujano plástico en Clínica FEMM, añade un dato curioso: «hay muchos hombres a los que, a partir de los 30 o 35 años, les crecen las partes blandas y de hueso, por eso la ven grande, sobre todo la punta. Lo que más hacemos en rinoplastia masculina es una reducción armónica del tamaño, evitando que la punta caiga al sonreír y corrigiendo el caballete».

¿Me quedará bien la nueva nariz?

Una de las dudas más frecuentes a la hora de hacerse una rinoplastia es saber de antemano si quedaremos contentos con el resultado. El doctor José Ángel Lozano Orellana nos explica que actualmente «existen sistemas digitales que permiten al paciente contemplar un posible resultado de su rinoplastia. Con esto, resolvemos dudas acerca de la transformación de la nariz y el paciente podrá tomar decisiones más racionales y sosegadas acerca de su intervención. Y lo más importante, posibilita identificar expectativas irreales que no se cumplirán con ningún proceso quirúrgico».

Rinoplastia, más allá de la estética

Pero la nariz no es solo algo estético, es el órgano del olfato y la principal vía de acceso para la entrada y salida de aire de los pulmones. Así que cuando nos plateamos una rinoplastia también hay que tener en cuenta la parte funcional de la nariz. El doctor Ramón Calderón asegura que «no debemos desvincular la parte estética de la funcional. Cuando vamos a reducir el tamaño de la nariz hay que intentar que respire mejor. Para ello, tratamos los cornetes, que son estructuras internas, las válvulas de la nariz y el tabique, mejorándolo cuando hay desviación».

Los riesgos de la cirugía de nariz

Como cualquier intervención, la rinoplastia tiene riesgos, que se pueden minimizar, en primer lugar, «acudiendo a un cirujano plástico especializado en cirugía estética», según el doctor José Ángel Lozano Orellana. Más allá de este punto, que es esencial, el experto señala que «el riesgo fundamental de una rinoplastia es un resultado estético insatisfactorio. En manos expertas la rinoplastia precisa un 9% de cirugías secundarias para lograr la completa satisfacción del paciente, que en ocasiones no se consigue. Existen otros riesgos asociados como son la obstrucción nasal e insuficiencia respiratoria por la excesiva resección cartilaginosa y distorsión de la válvula interna respiratoria nasal. Los riesgos generales de cualquier intervención como hemorragias e infecciones son muy raras en este tipo de cirugías».

Cómo el postoperatorio

Otra de las dudas habituales ante cualquier cirugía es saber cómo será el postoperatorio y el tiempo necesario de recuperación. Según los expertos, el postoperatorio de la rinoplastia suele ser bueno, porque es una cirugía que no duele. «Lo que sí hay es cierta inflamación en los pómulos y las ojeras, pero apenas hay hematomas. La baja del entorno laboral es de unos 10 días, de manera que, a la vuelta, el paciente ya no esté inflamado y no llama la atención. Hay que tomar antibióticos y antiinflamatorios y pasear todos los días; no es una cirugía que requiera estar quieto en la cama, se puede hacer vida bastante normal, aunque se debe esperar un par de semanas, al menos, antes de volver a hacer deporte», aconseja el doctor Ramón Calderón.

Rinomodelación: la rinoplastia sin cirugía

Algunas deformidades nasales se pueden tratar mediante la rinomodelación, un tratamiento que se lleva a cabo utilizando sustancias absorbibles, como el ácido hialurónico, y que se hace en la consulta, sin necesidad de cirugía. Es, además, un procedimiento reversible. Sin embargo, no sirve para reducir el tamaño de la nariz y tampoco problemas como «las puntas muy caídas o alteraciones óseas», según precisa el doctor Lozano Orellana. Pero puede ser una ayuda «como posible simulación real de una hipotética rinoplastia».

Fuente: ABC